Albacete: A ratos desesperante, a ratos vigorosa, a ratos brillante y llena de energía...
Así íbamos Carlos y yo aquella mañana, verbalizando esas sensaciones.
Y de repente ahí estaba él, cruzándose en nuestro camino con ese lustre tan...de membrillo.
Y en ese momento la ciudad pasó a segundo plano y pudimos tocar el sol de otoño con nuestras manos.